B/N
Por Verónica Giraldo C.
“Si las puertas de la percepción se depurasen,
todo aparecería a los hombre como realmente es: infinito.
Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver
todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna"
William Blake
The Marriage of Heaven and Hell (1793)
Frente a un espejo sucio y empañado, observé los ojos de aquella mujer. Mas no reconocí en ella la expresión que su mirada me enseñaba; entonces pude comprobar con certeza que La Decisión estaba sellada.
I
Desde aquel día hace yá un año, he recorrido todos los estados emocionalmente viscerales que mi alma miserable podía conocer. Tantas agrias palabras, cuyo sonido se reproduce aún incesante en mi mente… Oh si, amargo y maldito eco que intoxica mi razón! en mas de una ocasión, parada al filo de una roca árida he visto de reojo el negro abismo de la locura.
Life is bare, gloom and misery everywhere
Stormy weather, just can't get my poor old self together
I'm weary all the time, the time, so weary all of the time…*
Hoy pues, con severa convicción, me dispongo a preparar las herramientas destinadas a la ejecución del Acto. Con ardor en la sangre pienso uno por uno los pasos del yá memorizado y varias veces por mí observado, procedimiento quirúrgico. Esta vez, seré mi propio conejillo de indias y paciente.
II
“¡Será doloroso, no lo hagas…eres malvada y cruel! Exclamó El, preso por angustiantes y justificados temores.
Por última vez, intente razonar mi determinación, convencerlo de las ventajas que para ambos se derivarían de aquel acto, hacerle comprender que era una separación necesaria. Hablé con dulzura, recordamos los pocos momentos vividos de alegría compartida, le explique la gravedad que nos representa el sostener esta (muy absurda) dicotomía que por ahora, y durante mucho tiempo será irreconciliable. El siempre ha tenido claro que las determinaciones adecuadas para las situaciones desesperadas tienen solo un origen y no se encuentra en su parecer.
Por primera vez, dada la urgencia manifiesta que ha demostrado la realidad, El me escuchó. Se sentía ya muy cansado, sus heridas comenzaban a gangrenarse, la confusión y la aflicción lo mantenían constantemente enfermo, sin poder vislumbrar el consuelo de una muerte rápida.
Como siempre, se encontraba paralizado, dopado por fantasías vanas, víctima de un astigmatismo crónico era incapaz de observar con detenimiento el paisaje, demasiados e incompresibles matices de color atiborran su inteligencia y nublan su buen juicio.
“Se hace una incisión a través del hueso del esternón. La sangre del paciente se pone a circular a través de un sistema de circulación extracorporal con el fin de mantenerla bien oxigenada. Se extrae el corazón enfermo del paciente y el corazón donado se sutura en su sitio. Luego, se desconecta la máquina de circulación extracorporal y la sangre fluye a través del corazón transplantado”.
No existe un corazón hábil para reemplazar el mío. Tampoco deseo traicionarlo. Agradezco infinitamente cada segundo que he visto la vida a través de sus ojos, así mis recuerdos sean solo aberradas imágenes. El pasado es una mentira y es todo cuanto el me deja. Respetaré ese regalo y como a un tesoro invaluable, enterraré la memoria en un jardín de lirios. La violencia de su delicioso aroma se hará presente cuando todo esto haya terminado, entonces podré sentirlo un poco ajeno, sin el poder para hacerme daño.
No existe un corazón hábil para reemplazar el mío. Un simulador, una emulación suya llenará el vacío físico que deje su partida. La máquina, absolutamente mecánica, ausente de toda facultad para sentir o razonar, ha sido determinada para obedecer únicamente a mis juicios; limitándose así, a reproducir netamente las funciones orgánicas del ente extraído.
En esta ocasión, la imagen frente al espejo se muestra nítida. Frente a mi, reposan los helados instrumentos quirúrgicos: Aproximadotes, Clips vasculares, Pinzas de diferentes clases, Separadores, Periostótomos costales, Costótomos…
Tomo el escalpelo, lentamente lo elevo hasta la línea trazada sobre el esternón. Se me agita el pecho, intento mantener el ritmo en la respiración. Una lágrima se desliza sobre mi rostro. “El tenía razón, ejecutar esta decisión será mas doloroso de lo jamás imaginado”. El retracto está fuera de toda consideración, así que me apresuro a efectuar la incisión.
III
He finalizado. Se supone, el dolor debe atravesar mi pecho, sin embargo, observo la herida recién suturada con total ausencia de emoción. Advierto también consecuencias imprevistas: un paisaje, blanco y negro se despliega soberbio ante mis ojos. He perdido la capacidad para percibir el color. “Una pérdida razonable”, concluyo, después de todo, no puedo siquiera recordar matices diferentes a los que brinda a mi entendimiento la luz blanca, descubriendo texturas sobre superficies negras.
En estos momentos mi corazón yace dormido, suspendido en el tiempo, congelado y confinado a las profundidades oscuras de un refrigerador, sellado indefinidamente con varios cerrojos. Por fin, ambos, el a través de la caverna de la inconsciencia y yo, a través de la prisión de la realidad, podemos experimentar un asomo de paz.
* Stormy Weather, Billie Holiday. http://www.goear.com/listen/74e0cfb/Stormy-Weather-billie-holiday-